La tercera edad, un ámbito más.

Como bien plantea la maestra y pedagoga Susana Aguado, la educación social se ha consolidado en la sociedad española como un área de intervención que favorece el bienestar social y asegura la integración económica, cultural y social de los ciudadanos y ciudadanas. La tercera edad se consolida como uno de los grandes ámbitos de intervención para educadoras y educadores sociales, que ven en él la posibilidad de intervenir para favorecer la participación,
el desarrollo y la auto-realización de los mismos durante esta etapa de la vida. Sin embargo, la vejez experimenta un importante cambio en estos momentos y por lo tanto, es preciso conocer y entender dicho ámbito para que nuestra intervención resulte adecuada y eficaz. 

Desde la asignatura de Programas de Acción Sociocultural y Educativa, abordamos los objetivos que todos y todas debemos plantearnos para intervenir con este colectivo. Así bien, entendemos necesario trabajar para posibilitar en ellos una mayor realización personal, así como la comprensión de su entorno y la participación en la vida comunitaria, con la intención de lograr una integración plena en la sociedad a través del acceso a las actividades culturales y la participación activa en ellas. Todo esto, generará el desarrollo de actitudes críticas y de reflexión frente a la vida, y fomentará el disfrute de la misma. Así mismo, también destacamos la necesidad de fomentar la educación y la formación permanente.

Instituciones que es imprescindible destacar son los Centros de Día de atención a menores; las residencias, los hogares asistidos, los centros municipales de actividades de personas mayores, la universitat popular, entre otras. En relación con los Centros de Día y las residencias, cabe decir que el objetivo de estos centros e instituciones es ofrecer a las personas mayores un espacio de atención (ya sea diurno o no) con el objetivo de fomentar su desarrollo personal y social y mejorar la vida de las mismas. Así mismo, en cuanto a los centros municipales es preciso destacar su carácter exclusivo de formación y ocio. En ellos, se realizan todo tipo de actividades lúdicas y formativas destinadas a mejorar la calidad de vida de estas personas. 

Por último, debemos mencionar las diferentes áreas de intervención con personas mayores, siendo estas el área formativa-cultural; el área de dinámica ocupacional; la de desarrollo psicofísico; y la de actividades sociales y participación ciudadana. 

En un Estado del Bienestar en el que la educación social se encuentra en plena expansión, cabe decir que la intervención socioeducativa con personas mayores es fundamental y necesaria teniendo presente que nos encontramos en una sociedad que envejece. Siguiendo a Amorós, Bartolomé, Sabriego y Santos (2006), la valoración negativa de las personas mayores como dependientes, pasivas o lentas, ha quedado atrás. Hoy en día, somos conscientes de que nos encontramos con un colectivo con mucho potencial y por ello, los educadores y educadoras sociales deben entender este ámbito como uno más en los que intervenir, partiendo de sus potencialidades y no de sus limitaciones como tal.