Por animación sociocultural existe un estereotipo vigente asociado al
tiempo libre y al ocio. Sin embargo, se trata de un concepto que nace a finales
de los años 70 en Europa, muy ligado al concepto de democracia cultural, a la
participación. Es en este momento cuando surge la figura del animador,
paralelamente a la del educador y educadora social.
Por democracia cultural entendemos “la metodología de la acción liberadora de
la sociedad, en la que se promueve la participación, partiendo de los intereses
y necesidades de los propios ciudadanos y donde son los ciudadanos los que
deciden en cada momento que es lo mejor y más conveniente”.